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miércoles, 3 de febrero de 2016

La muerte y el sentido de la vida


Desde el principio de los tiempos, las personas han buscado algo en lo que apoyarse a la hora de vivir, de seguir adelante: la mitología, la magia, la religión, la ciencia, el amor, el arte, la familia, los amigos. Todos somos distintos unos de otros, tenemos nuestras formas de pensar y razonar que pueden ser parecida pero no iguales (por ejemplo: si yo pienso que una cosa es negra, tu puedes pensar que es blanca, y sin embargo sigue siendo la misma cosa). Sin embargo todos buscamos un sentido a la vida, pero por mucho que seamos capaces de pensar y razonar, se nos puede manipular, ya sea por:
  • Foto: Miriam Pérez (1º HCSO)
    Medios de comunicación.
  • Opinión pública.
  • Personas que admiramos por cómo es su vida.
La gente suele apoyarse en las creencias divinas, en el entorno que le rodea (familia y amigos), luchar por un futuro, etc. Como ya dije todos somos iguales pero distintos a la vez. Yo soy de los que se apoyan en su entorno para encontrarle sentido a la vida, ya que mis amigos y familiares son todo lo que tengo, que por mucho que me ocurra siempre tendré alguien en quien respaldarme. Esta es una de las lecciones que me han inculcado mi padre y mi madre: “La familia es lo primero, lo demás puede esperar”, y en el fondo creo que tienen razón; en navidad mi bisabuela falleció por un tumor en el esófago, tenía 93 años recién cumplidos, y solo fui a verla al hospital una vez, me excusaba en mis entrenos y demás actividades de ocio para evitar ir a verla, pero la última vez que la vi me dijo: “Me alegro de verte niño, a partir de ahora vive ¡y vive a gusto!”.
Esto no quita que sea realista, me gusta ver las cosas como son, y no intentar “taparlas” ya que si algo sucede y no has dejado todo bien atado, el marron que antes era tuyo ahora pasara a otra persona.
Mi conclusión es que no debemos temer a la muerte, en el momento que llegue no nos enteraremos, así qué lo que debemos hacer es vivir de la mejor forma posible, disfrutar, y hacer todo lo posible por no causar una molestia a quien nos rodea. Ya que como dice mi padre: “hay que vivir, que la vida son dos días, y uno de ellos esta nublado”.

Pablo Luis Fernández
1º Bachillerato HCSO

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