
Podremos considerarnos civilizados solo cuando no demos la espalda a este tipo de injusticias que, como el caso de la violencia contra las mujeres, provocan tanto sufrimiento.
La violencia de género, y toda clase de violencia, debe ser erradicada de nuestras vidas. Y no solo la violencia física, sino también la psicológica y la verbal.
Los murales elaborados por nuestro alumnado, y expuestos en el hall principal de nuestro centro, lo dejan muy claro: No vamos a callarnos frente a la violencia.
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