Una taza de caldo
Una señora coge un tazón y le pide al
camarero que se lo llene de caldo. A continuación, se sienta en una de las
muchas mesas del local. Pero, apenas sentada, se da cuenta que se ha olvidado
del pan. Entonces se levanta, se dirige a coger un bollo para comerlo con el
caldo y vuelve a su sitio.
¡Sorpresa! Delante del tazón del caldo se encuentra, sin inmutarse,
un hombre de otra raza que está comiendo tranquilamente. ¡Esto es el
colmo, piensa la señora, pero no me dejaré robar! Dicho y hecho. Parte el bollo
en pedazos, los mete en el tazón que está delante del hombre y coloca la cuchara
en el recipiente.
El negro, complaciente, sonríe. Toman una cucharada cada uno hasta
terminar la sopa, todo ello en silencio. Terminada la sopa, el hombre de color
se levanta, se acerca a la barra y vuelve poco después con un abundante plato de
"espagueti" y... dos tenedores. Comen los dos del mismo plato, en silencio,
turnándose. Al final se van.
- ¡Hasta la vista ! dice la mujer.
- ¡Hasta la vista! responde el hombre, reflejando una sonrisa en sus
ojos. Parece satisfecho por haber realizado una buena acción. Se aleja.
La mujer lo sigue con su mirada y, una vez vencido su estupor, busca
con su mano el bolso que había colgado en el respaldo de su silla. Pero ...
¡sorpresa! el bolso ha desaparecido. Entonces aquel negro... Iba a gritar
¡ladrón! cuando, ojeando a su alrededor, ve su bolso colgado de una silla dos
mesas más atrás de donde estaba ella, y sobre la mesa la bandeja con un tazón de
caldo ya frío.
Inmediatamente se da cuenta de lo sucedido. No ha sido el africano
el que ha comido su sopa, ha sido ella quien, equivocándose de mesa, como gran
señora ha comido a costa del africano.
Que la señora dió Por supuesto que el que se habia sentado en su mesa y el que le habia robado el bolso era el hombre negro, porque piensa que el negro era un ladron confiado, y la unica ladrona de sopa era ella, a eso se lo llaman prejuicios o estereotipos, en este caso racistas.
ResponderEliminarJosé Migue 2ºA
Me parecio un poco vergonzoso por parte de la mujer al pensar que esa era su mesa y pensar que por ser Africano le robase el bolso.
ResponderEliminarPablo Diaz Concepción 2ºA
Lo que dijo la señora del negro que era un ladrón era mentira porque al final el negro comparte dos platos de comida con ella porque ella había pensado que la sopa de caldo que ella había pedido se la estaba comiendo el negro, pero lo que paso fue que ella se había equivocado de mesa y tenía hay todavía la sopa de caldo. A si que no podemos decir que los negros son malos,lo contrario, son buenos porque lo que dice el cuento puede pasar.
ResponderEliminarJhonier Arias Gómez
MORALEJA: no importa la raza de las personas, ni el dinero, etc. Y no puedes ser mal pensado ni pensar mal de la gente. Y hay que aprender a compartir como por ejemplo ese hombre compartió su sopa sin preguntarle a ella por qué se sentó con el a comer la sopa.
ResponderEliminar--Nombre: Henry Spiegl Barreto --Curso: 2ºA ---Fecha: 29/10/13
Evelyn Plata Pérez 2ºA
ResponderEliminarEsta historia nos enseña a no tener prejuicios raciales ni de otro tipo hacia los demás y que podemos aprender mucho de ellos si les damos oportunidad.
La señora de esta historia al ver al señor negro primero pensó que se había apropiado de su comida y después que le había robado el bolso. Todo porque era de otra raza. Al final se dio cuenta de su error y de lo amable que había sido con ella aquel señor negro, dandole una lección de educación y saber estar.
Ainara Pérez Dorta 2ºA
ResponderEliminarLa enseñanza de este cuento es que no debemos juzgar a las personas por su aspecto, color... y creer que son inferiores a nosotros, porque muchas veces somos nosotros los que nos equivocamos, como hizo la señora al creer que el hombre africano le había robado su comida, mientras fue ella la que se equivocó confundiendo su sitio y el demostró tener más calidad humana y no tuvo problemas en compartir la comida con ella, aunque la mujer le estuviera comiendo su comida.
La mujer de la historia pensó en todo momento que el hombre de color era el que se estaba aprovechando de ella, debido a que tenía una raza distinta, pero fue el despiste de la mujer la que la llevó a pensar esto.
ResponderEliminarAl despedirse la mujer seguía con sus malos pensamientos sobre el hombre ,al buscar su bolso, y en una primera mirada no verlo,inmediatamente dedujo que el hombre se lo había llevado. Pero, tras echar una ojeada más al local, vio su bolso el otra silla de otra mesa y en esta había un tazón de sopa ya frío que era el verdadero tazón de la mujer.
Nos hacemos ideas equivocadas sobre la gente solo por su apariencia. Eso no es bueno. Debemos no aceptar estos comportamientos porque el color de la piel no te hace un delincuente. Estos estereotipos en muchos casos son mentira porque la raza, la religión o el sexo no hace que seas peor persona.
Claudia Leal Acosta 2ºA
El cuento trata de una señora que coge una taza de caldo y se la da al camarero para que le ponga caldo, y se va a sentar en una mesa. Al momento, se olvida del pan para mojar en el caldo y lo va a buscar y cuando regresa a la mesa se encuentra con un hombre de otra raza frente a ella y piensa mal de esa persona por ser de otra raza. Estos se comen el caldo silenciosamente, uma cucharada cada uno, y cuando lo terminan, el negro, trae un gran plato de espagueti y dos tenedores y se lo comen entre los dos, y al final, se despiden. La mujer se da cuenta de que no tiene su bolso en el respaldo de la silla e iba a gritar que el africano era un ladrón, hasta que empezó a ojear a su alrededor y se dio cuenta de que su bolso y su taza estaba en otra mesa. Se había equivocado de mesa y el pobre hombre, no le había robado su taza de caldo sino todo lo contrario, ella había comido de una taza que no era la de ella. Nerea Rocha Pérez 2A.
ResponderEliminarNo hay que dejarse guíar por los colores de piel, ni por si eres alto, bajo, delgado, u otros adjetivos físicos. Todas las personas somos iguales, a pesar de nuestras apariencias.
ResponderEliminarAtteneri Gómez Cedrés, 2A.
javier gonzález fernández 2ºA
ResponderEliminarEl cuento trata de una mujer que va a un restaurante y equivocadamente se sienta en la mesa de un hombre negro al volver de coger pan e indignada piensa que el hombre se sento allí para robarle, la mujer partel en dos el bollo y lo mete dentro del caldo junto a la cuchara. Turnandos comen cucharada a cucharada la sopa y acto despues el hombre trae un plato de espaguetis que comen por turnos y en silencio. el hombre se va y se despide de la mujer y viceversa. al vencer su estupor la mujer hecha la mano al bolso dandose cuenta de que no está, apunto de gritar "AL LADRON" se da cuenta de que el bolso estaba en una silla junto a una mesa vacia con un tazón de sopa frio y se da cuenta de su error.
La mujer tenía un prejuicio sobre los negros y por eso no paró a pensar en su error.
Lucas Acosta Pérez
ResponderEliminar2ºA
Una mujer en un bar se encuentra a un hombre de color y desconfía de él. Ella hace un prejuicio de él y entonces se sienta a comer con el pensando que estaba comiendo en su mesa y después el hombre se va, sonrrien cuando va a ver si el bolso estaba vió que no estaba y pensó que se lo había robado pera el bolso estaba en su mesa
Que no hay que desconfiar de nadie ya sea de otra raza, religión o por estado económico y que antes de hablar hay que pensar.
ResponderEliminarGiovanni Martín Rodríguez 2º A
Kilian González Santiago_La enseñanza del cuento es que , en ninguno de los casos , se debe juzgar a una persona por su apariencia , teniendo en cuenta todos los estereotipos que se dicen sobre la clase de persona a la que nos estemos refiriendo (independientemente de su raza , religión , ideología , condición sexual...etc.) Eso si , el cuento se refiere a los prejuicios que en un momento dado se pueden decir de alguien SIN CONOCERLO , evidentemente , si sabes que la persona con la que tratas no es de tu agrado por cualquier razón , es tu decisión la que cuenta.
ResponderEliminarAlfono Lorenzo Hernández 2ºA
ResponderEliminarMuchas veces las personas juzgamos a otros/as por su raza, porque son diferentes a nosotros...
La mujer del cuento sorprendida, se dio cuenta de que el no solo no le había robado sino que había compartido su comida con ella sin quejarse.
Conclusión: a veces lo que pensamos no es la realidad y nos equivocamos. No deberíamos juzgar a la gente sin saber realmente como son.
La moraleja es que no hay que dejarse llevar por los prejuicios , ni las apariencias de las personas, la gente puede ser muy diferente a lo que tu piensas de ellas al verlas por primera vez.
ResponderEliminarSara García Martín 2ºA
me parce mal que lo llamen negro y piensen que ellos son los malos porque muchas veces no lo son
ResponderEliminarCristian Pérez Morales 2ºA
Ainhoa Díaz Rodríguez. 2º ESO.A
ResponderEliminarEste cuento me ha enseñado que no siempre tienes la razón y no hay que juzgar sin conocer.Las personas podemos llegar a cometer errores tan grandes como hablar de una persona sin saber como es realmente.Y podemos llegar a equivocarnos gravemente como la protagonista de esta historia.
No se tiene que tener pensamientos ingratos sobre otras personas, menos aún porque sean de una raza diferente a la nuestra.Estas personas tienen sus sentimientos y pueden obrar igual o mejor que nosotros.Nos podemos equivocar con respecto a ellas porque lo mismo deben pensar sobre nosotros.Comentado por Pablo Cabrera Luis. 2º E.S.O grupo A
ResponderEliminarque es mejor comer acompañado que solo
ResponderEliminarDenis Sanchez Perez 2ºA
La moraleja de la historia es que no se pueden tener prejuicios por el color de piel por el físico....
ResponderEliminarporque muchas veces nos equivocamos como la mujer que hasta pensó que el hombre era un ladrón cuando en todo caso fue ella la ladrona que terminó comiendo de la comida de el.
Andrea Valentina Bermúdez Rocha: segundo A